LO QUE SE DEBE SABER DEL MATERIAL PARTICULADO
lasificación:
l material particulado presente en el aire de Santiago se puede clasificar de acuerdo a su diámetro en dos grandes grupos: 1.-) el que no ingresa al aparato respiratorio, quedando atrapado en nuestras fosas nasales, al presentar un diámetro mayor a 10 micras (0,01 mm); y
2.-) las partículas de diámetro menor a 10 micras, también llamadas PM10 o material particulado respirable, las que sí pueden ingresar a las vías respiratorias debido a su menor tamaño.
l mismo tiempo, estas últimas se dividen en mayores y menores de 2,5 micras, dado que las de diámetro aerodinámico más pequeño pueden llegar incluso a las vías aéreas más finas, como el alvéolo pulmonar. En tanto, las de mayor tamaño van quedando atrapadas en la mucosa que recubre las vías respiratorias superiores.
artículas Más Peligrosas:
e esta forma, las partículas de diámetro menor a 2,5 micras, PM2,5, son las que causan mayor daño y las más peligrosas respecto de la salud de las personas. Esto porque pueden impactar en la parte más noble de las vías respiratorias como lo es el alvéolo, donde se realiza la función de intercambio gaseoso (la respiración), alterando los mecanismos defensivos del organismo, actuando como "factor predisponente o condicionante", y facilitando el ingreso de microorganismos, como bacterias o virus, que son la "causa necesaria" o "indispensable" para producir las llamadas IRAs, Infecciones Respiratorias Agudas, altas o bajas, según el segmento anatómico afectado.
ero además, las partículas finas pueden estar constituídas o vehiculizar metales pesados, hidrocarburos aromáticos policíclicos u otros elementos nocivos, los cuales pueden expresarse en daño a la salud a más largo plazo.
or estas dos últimas razones, el material particulado más peligroso, y sobre el cual se han hecho los principales esfuerzos para su control y abatimiento, es precisamente el PM2,5, el cual proviene de la combustión de energéticos fósiles (petróleo y sus derivados, carbón o leña), realizada a altas temperaturas, como la que se registra en motores de combustión interna (fuentes móviles) y calderas u hornos industriales o de calefacción (fuentes fijas).
rigen y Responsabilidad del Pm10:
l mismo tiempo, el nuevo Plan de Descontaminación Atmosférica de la Región Metropolitana, al analizar la responsabilidad de las distintas emisiones de PM10, en base al inventario de 1997, señalaba que:
- El transporte era responsable del 6,5%,
- La industria, construcción y comercio de un 7,6%,
- Un 77,9% correspondía a polvo resuspendido,
- Con un 3,7% de procedencia agrícola (quemas) y un 3,3% de origen doméstico.
ero estas emisiones diarias corresponden a "lo que se lanza al aire de Santiago día a día". Sin embargo no considera cuánto de esto perdura en el aire, ya que luego de emitidas comienza a actuar la ley de la gravedad y otros procesos, con lo cual las partículas de mayor tamaño se precipitan a tierra, convirtiéndose en "polvo de calle", el que puede ser nuevamente resuspendido por el paso de las fuentes móviles.
e esta forma, las partículas más pequeñas serán las que van a permanecer más tiempo en el aire, entre ellas las que miden menos de 2,5 micras de diámetro (PM2,5), siendo por lo tanto este tipo de partículas el que va a respirar la población expuesta.
s así que el estudio solicitado por CONAMA R.M. a la Universidad de Sao Paulo, "Fuentes de aerosoles impactando en Santiago de Chile, Invierno de 1996", en el cual se clasifica el material particulado menor a 10 micras colectado en los filtros de la estación de Gotuzzo (centro de Santiago), durante 3 meses del invierno de 1996, detecta que:
- El 25% de este PM10 proviene de las "fuentes móviles",
- Un 38% corresponde a la categoría "industria, comercio y material particulado secundario", este último procedente tanto de fuentes fijas como de móviles, siendo muy difícil poder diferenciar su origen.
- En tanto que el "polvo resuspendido" representa esta vez un 33% .
e esto se desprende la enorme importancia de que todas las fuentes que generan PM2,5 sigan haciendo esfuerzos para reducir y minizar sus emisiones, por el alto impacto en salud, particularmente las fuentes fijas, cuyo control y fiscalización es de responsabilidad del Ministerio de Salud, y del SESMA en la Región Metropolitana.
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