EL RUIDO COMO CONTAMINANTE RUIDO COMUNITARIO V/S RUIDO INDUSTRIAL
RUIDO COMUNITARIO V/S RUIDO INDUSTRIAL Si se desea caracterizar los distintos tipos de ruido a los que está expuesto el hombre moderno, se debe hacer una distinción entre su efecto en la Salud Ocupacional y la Salud Pública. De este modo, el ruido del punto de vista de la Salud Ocupacional, tiene relación respecto a todos los tipos de ruido a los que está expuesto un trabajador en su jornada laboral. Es decir, el ruido generado al interior de las actividades que lo generan, cuyo principal receptor de los niveles de ruido son los trabajadores que operan o trabajan en dicho lugar (fábricas, talleres, locales públicos, discotecas, etc.). El ruido producido por estas actividades, entre otras, hacia el exterior es lo que podemos llamar también como ruido del punto de vista de la Salud Pública (Ruido producido por fuentes fijas o Ruido Industrial).
El concepto de ruido comunitario es muy amplio y en muchas ocasiones no muy bien comprendido. Se entiende como ruido comunitario aquel que esta generado por fuentes sonoras que funcionan para satisfacer las necesidades generales de una comunidad y cuyos beneficios son, o pueden ser, todos los habitantes de la misma, sin que de forma individual, ninguno de ellos pueda ostentar su titularidad y sin que pueda ser asociado a una fuente sonora en particular. De acuerdo a esta definición, el ruido generado por un vehículo recolector de basura o un autobús serían un ruido comunitario, mientras que el ruido producido por un vehículo privado no. Muchas veces es difícil distinguir este concepto dependiendo de la escala que se utilice en sus dimensiones, por ejemplo, si consideramos el ruido de un vehículo rodando en una calle cualquiera, no sería ruido comunitario si se considera el ruido producido por el motor, pero sí si consideramos el ruido producido por el rozamiento de sus neumáticos sobre la calzada, puesto que de las características de ésta dependerá la mayor o menos emisión sonora y la calle es una instalación comunitaria. Más aún, la circulación rodada, considerada como el conjunto de vehículos que circulan por una ciudad, es un ruido comunitario, aunque el ruido de cada uno de los vehículos que la componen no lo sea. Por lo tanto, si se elige una escala amplia se puede entender como ruido comunitario el producido por aquellas fuentes que tienen como objetivo el proporcionar a una ciudad los servicios generales que le son imprescindibles. Si se cambia la escala, será igualmente ruido comunitario el producido por todos los servicios e instalaciones generales de un edificio. Estas dos escalas son las más utilizadas hoy en el mundo.
CARACTERISTICAS DEL RUIDO COMUNITARIO. Las causas de los ruidos en la comunidad son múltiples: transporte aéreo y terrestre, pruebas terrestres de motores de aviación, trabajos de construcción, lugares de recreo, grupos electrógenos, sistemas de aire acondicionado, animales domésticos, ruidos domésticos como los producidos por aparatos de radio y televisión y las actividades industriales y comerciales. En la evaluación de los problemas planteados por el ruido en los centros de población es esencial el conocimiento de la forma en que esas colectividades se han desarrollado, sus bases económicas y las características de sus habitantes. Puede resultar necesario combinar los elementos físicos, con factores psicológicos y con apreciaciones de índole política, por nombrar algunos. Si el evaluar las molestias que sufre un individuo es ya difícil, aún lo es más enjuiciar los efectos del ruido en la comunidad, ya que, con frecuencia, influyen en estos efectos razones de difícil apreciación. Además, lo que para un individuo o grupo de individuos es aceptable, puede ser inaceptable para otros. Hay quienes protestan enérgicamente contra los ruidos de los trabajos de construcción, mientras otros los aceptan como signo de prosperidad y mayor fuente de trabajo. Ya que como característica del ruido comunitario a éste no se le asocia una fuente en particular, la consecuencia más lógica es que se genera de la propia actividad comunitaria y por lo tanto, en una primera aproximación, podría relacionarse con la densidad de población, habiendo importantes estudios en Estados Unidos respecto a esta relación de población y el nivel de ruido que ella produce. Otra de las características de este tipo de ruido es su poca uniformidad en el espacio y en el tiempo. Dentro de una ciudad siempre existen zonas con un mayor nivel de ruido que otras, en función de su mayor actividad o en función del tipo de actividad que se desarrolla en ella, aunque en todas exista un ruido común que aglutina al resto como el ruido de tráfico. Las zonas industriales son más ruidosas que las zonas comerciales o que las residenciales. Por el mismo motivo, existen diferencias en función del tiempo. Durante las horas de máxima actividad los niveles sonoros serán lógicamente mayores que durante las horas de descanso. Los medios de transporte se han trasformado en el principal objeto sonoro del medio acústico en las zonas urbanas. Estos están compuestos por automóviles, aviones y ferrocarriles. La totalidad de autores y estudios señalan a los vehículos motorizados (camiones, motocicletas, autobuses, camionetas, etc.) como las fuentes de ruido de mayor trascendencia en todas las grandes ciudades del mundo. Exceptuando algunas situaciones particulares que es posible ver, o más bien oír, en ciertas ciudades centroamericanas, tal es el caso de Tegucigalpa, capital de Honduras, en la que debido a problemas de racionamiento de energía eléctrica, existió en un momento gran cantidad de grupos electrógenos, algunos de considerable tamaño, los que representaron en su momento la fuente principal de ruido ambiental. Los niveles y espectros del ruido son en función de diversos parámetros tales como: tipo de vehículos, carga transportada, condiciones de utilización, estado de la infraestructura urbana (naturaleza del pavimento, regulación del tráfico, estructura urbanística), estos últimos jugando un rol trascendental. De los parámetros anteriormente mencionados sin duda la intensidad del tráfico es el parámetro de mayor relevancia. Dentro del ámbito del transporte están los aviones, utilizados frecuente y crecientemente por un gran número de personas y mercancías, por constituir un medio eficiente en términos de seguridad y rapidez, aunque actualmente aumenta su uso como vehículos de recreación. Naturalmente los aviones a reacción son bastante más ruidosos que las aeronaves de hélice y, en consecuencia, el ruido que producen es percibido en zonas urbanas y rurales de mayor extensión en las proximidades de los aeropuertos. Por último se tienen los ferrocarriles, en los que la emisión fundamental de ruido no ocurre en los vehículos motrices, la mayoría eléctricos y por lo tanto silenciosos, sino en la interacción entre ruedas y rieles, siendo dependiente de la velocidad de los trenes y su carga. Algunos costos asociados al progreso son las obras públicas y construcciones que con sus compresores, excavadoras, martillos neumáticos y vehículos pesados producen niveles tan elevados de se trasforman en motivo de frecuentes quejas de la comunidad. Por ultimo se señalan los agentes de menos gravitación, de una variada gama de intensidad y de ocurrencia esporádica como: gritos de niños jugando en las calles y parques, conciertos al aire libre, ferias y vendedores callejeros, sonidos de animales domésticos, fuegos artificiales, etc. Todas las fuentes de ruido que se han citado hasta aquí, y otras muchas más, contribuyen en mayor o menos medida al "ambiente sonoro" que caracteriza las ciudades. Por este motivo, incluso en el caso de que en algún momento determinado no nos consideremos afectados por un suceso acústico claramente identificable, siempre percibiremos un cierto rumor general, producido por la actividad global de la comunidad urbana en que nos encontramos y que solemos denominar "ruido de fondo". Según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) en Europa el año 1986 se constata que unos 130 millones de habitantes de los países miembros de esta organización, están expuestos a niveles sonoros equivalentes diurnos en el exterior de viviendas claramente inaceptables (por encima de los 65 dB(A) ) y unos 300 millones más, residen en zonas acústicamente deficientes entre 55 y 65 dB(A) (Soc. Española de Acústica, 1991). En el caso de la ciudad de Santiago, un estudio encargado por la Intendencia de la Región Metropolitana en el año 1989, indica que más del 50% de la población de Santiago está expuesta a niveles superiores a los 65 dB(A) (Intendencia Región Metropolitana 1989). En nuestro país, y específicamente en el área metropolitana, se ha desarrollado un escenario particular que data de comienzos de la década del 50 y se establece de la siguiente manera:
A todos los elementos antes mencionados, debe unírseles lo infructuoso de los esfuerzos destinados a planificar el crecimiento de la ciudad de Santiago, no por falta de iniciativas del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, sino que por las libertades que en este sentido tienen las Municipalidades, las que pueden, sin muchas complicaciones, redefinir la zonificación o clasificación de los usos de suelo. Esta redefinición no siempre esta acompañada de los estudios adecuados, que consideren los aspectos relacionados con la calidad de vida de las personas y muchas veces corresponde a exigencias e intereses que tienen más que ver con lo económico que con la preocupación por cuestiones ambientales.
La actividad Industrial constituye en sí misma una importante fuente de ruido en la sociedad actual. Su incidencia en el ciudadano puede ser de forma directa si éste interviene de alguna forma en los procesos de extracción, transformación o explotación industrial, o bien como sujeto pasivo al que alcanzan los ruidos producidos por los establecimientos industriales o la utilización de sus productos. Desde el punto de vista de la ciudad, las instalaciones industriales pueden afectar por el ruido que producen hacia el exterior de sus recintos. Los niveles de este ruido ambiental de las industrias en la mayoría de los casos bastante inferior a 80 dB(A) no constituyen riesgo de daño directo a la audición. Su efecto perjudicial es fundamentalmente de carácter psicofisiológico a través de la interferencia que puede producir en las actividades que requieren un cierto grado de atención o concentración mental o situaciones de descanso, y en particular durante el sueño. Estas interferencias se producen en general en locales cerrados y el parámetro a considerar es el nivel sonoro de inmisión en el espacio receptor. De ahí que la legislación en la materia regule tanto de día como de noche, o bien los niveles máximos admisibles frente a las fachadas de las edificaciones tanto de la propia industria como de los inmuebles afectados. En este sentido la industria es otra fuente más que contribuye al ruido ambiente en la ciudad. Su particularidad con respecto a otras fuentes como por ejemplo el tráfico rodado, es que se trata de fuentes estáticas, extensas y localizadas en determinados lugares de la ciudad. Este tipo de establecimientos son conocidos en nuestro país como "fuentes fijas" definición que también incorpora a talleres, centros de recreación y esparcimiento, etc. Los establecimientos industriales de cierto tipo suelen, salvo situaciones más o menos anacrónicas, estar localizados fuera del casco urbano en zonas o polígonos industriales, sin embargo, con el rápido crecimiento de las ciudades éstas literalmente las succiona dejándolas dentro de sectores urbanos. En el caso de la pequeña y mediana industria y los talleres, están dispersos por toda la ciudad, incluso alojados en edificios de viviendas u otros usos sociales cuya interferencia no es sólo por el ruido radiado al ambiente exterior sino que trasmitido estructuralmente a las viviendas vecinas. Extractos de los siguientes textos: - Sergio Larrea Vega. "Regulación De Las Emisiones De Ruido En Fuentes Móviles, Método de Medición Y Límites De Emisión". Tesis de Grado para el Grado de Licenciado en Acústica. Universidad Austral de Chile. 1995. - Antonio Marzzano Ríos. "Proyecto de Modificación de Legislación de Niveles Máximos Permisibles de Ruido Generados Por Fuentes Fijas Hacia La Comunidad". Tesis de Grado para el Grado de Licenciado en Acústica. Universidad Austral de Chile. 1995 - El Ruido en la Ciudad: Gestión y Control. Sociedad Española de Acústica. 1991.
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